西语阅读:《一千零一夜》连载十三(5)

网络资源 Freekaoyan.com/2008-04-17

¡Di a la hermosa del velo suave, tan suave como el ala de un palomo!

¡Dile que al pensar en lo que padez­co, creo que la muerte me aliviaría!

¡Dile que sea buena un poco nada mas! ¡Por ella, para acercarme a sus alas, he renunciado a mi tranquilidad!

Cuando oyó mis versos, me corres­pondió con los siguientes:

¡He gastado mi corazón amándote! ¡Y este corazón rechaza otros amores!

¡Y si mis ojos viesen alguna vez otra beldad, ya no podrían alegrarse!

¡Juré no arrancar nunca tu amor de mi corazón! ¡Y sin embargo, mi cora­zón está triste y sediento de tu amor!

¡He bebido en una capa en la cual encontré el amor puro! ¿Por qué no han humedecido tus labios esa copa en que encontré el amor?...

Después me dijo: “¡Oh joven mer­cader! ¿tienes telas buenas que ense­ñarme?” A lo cual contesté: “¡Oh mi señora!' Tu esclavo es un pobre mercader, y no posee nada digno de ti. Ten, pues, paciencia, porque como todavía es muy temprano, aún no han abierto las tiendas los demás mercaderes. Y en cuanto abran, iré a comprarles yo mismo los géneros que buscas.” Luego estuve conver­sando con ella, sintiéndome cada vez más enamorado.

Pero cuando los mercaderes abrie­ron sus establecimientos, me levanté y salí a comprar lo que me había encargado, y el total de las compras, que tomé por mi cuenta, ascendía a cinco mil dracmas. Y todo se lo entregué al eunuco. Y enseguida la joven partió con él, dirigiéndose al sitió donde la esperaba el otro escla­vo con la mula. Y yo entré en mi casa embriagado de amor. Me traje­ron la comida y no pude comer, pensando siempre en la hermosa jo­ven. Y cuando quise dormir huyó de mí el sueño.

De este modo transcurrió una semana, y los mercaderes me recla­maron el dinero; pero como no volví a saber de la joven, les rogué que tuviesen un poco de paciencia, pi­diéndoles otra semana de plazo. Y ellos se avinieron. Y efectivamente, al cabo de la semana vi llegar a la jo­ven montada en su mula y acompa­ñada por un servidor y los dos eunu­cos. Y la joven me saludó y me dijo: “¡Oh mi señor! Perdóname que haya­mos tardado tanto en pagarte. Pero ahí tienes el dinero. Manda venir a un cambista, para que vea estas monedas de oro.” Mandé llamar al cambista, y en seguida uno de los eunucos le entregó el dinero, lo exa­minó y lo encontró de ley. Entonces tomé el dinero, y estuve hablando con la joven hasta que se abrió el zoco y llegaron los mercaderes a sus tiendas. Y ella me dijo: “Ahora necesito estas y aquellas cosas. Ve a comprármelas.” Y compré por mi cuenta cuanto me había encargado, entregándoselo todo. Y ella lo tomó, como la primera vez, y se fue en seguida. Y cuando la vi alejarse, dije para mí: “No entiendo esta amistad que me tiene. Me trae cua­trocientos dinares y se lleva géneros que valen mil. Y se marcha sin decirme siquiera dónde vive. ¡Pero solamente Alah sabe lo que se oculta en un corazón!”

Y así transcurrió todo un mes, cada día más atormentado mi espí­ritu por esas , reflexiones. Y los mercaderes vinieron a reclamarme su dinero en forma tan apremiante, que para tranquilizarlos hube de decirles que iba a vender mi tienda con todos los géneros, y mi casa y todos mis bienes. Me hallé, pues, próximo a la ruina, y estaba muy afligido, cuando vi a la joven que entraba en el zoco y se dirigía a mi tienda. Y al verla se desvanecie­ron todas mis zozobras, y hasta olvidé la triste situación en que me encontraba durante su ausencia. Y ella se me acercó, y con su voz llena de dulzura me dijo: “Saca la balanza, para pesar el dinero que te traigo.” Y me dio, en efecto, cuanto me debía y algo más, en pago de las compras que para ella había hecho.

En seguida se sentó a mi lado y me habló con gran afabilidad, y yo desfallecía de ventura. Y acabó por decirme: “¿Eres soltero o tienes espo­sa?” Y yo dije: “¡Por Alah! No tengo ni mujer legítima ni concubi­na.” Y al decirlo, me eché a llorar. Entonces ella me preguntó: “¿Por qué lloras?” Y yo respondí: “Por nada; es que me ha pasado una cosa por la mente.” Luego me acerqué a su criado, le di algunos dinares de oro y le rogué que sirviese de mediador entre ella y mi persona para lo que yo deseaba. Y él se echó a reír, y me dijo: “Sabe que mi señora está enamorada de ti. Pues ninguna necesidad tenía de comprar telas, y sólo las ha comprado para poder hablar contigo y darte a cono­cer su pasión. Puedes, por tanto, dirigirte a ella, seguro de que no te reñirá ni ha de contrariarte.”

Y cuando ella iba a despedirse, me vio entregar el dinero al servidor que la acompañaba. Y entonces vol­vio a sentarse y me sonrió. Y yo le dije: “Otorga a tu esclavo la merced que desea solicitar de ti y perdónale anticipadamente lo que va a decirte.” Después le hablé de lo que tenía en mi corazón. Y vi que. le agradaba, pues me dijo: “Este esclavo te traerá mi respuesta y te señalará mi volun­tad. Haz cuanto te diga que hagas.” Después se levantó y se fue.


相关话题/

  • 领限时大额优惠券,享本站正版考研考试资料!
    大额优惠券
    优惠券领取后72小时内有效,10万种最新考研考试考证类电子打印资料任你选。涵盖全国500余所院校考研专业课、200多种职业资格考试、1100多种经典教材,产品类型包含电子书、题库、全套资料以及视频,无论您是考研复习、考证刷题,还是考前冲刺等,不同类型的产品可满足您学习上的不同需求。 ...
    本站小编 Free壹佰分学习网 2022-09-19