西语阅读:《一千零一夜》连载二十

网络资源 Freekaoyan.com/2008-04-17

PERO CUANDO LLEGÓ LA 32a NOCHE

Siguió contando la historia al rey Schahriar:

He llegado a saber; ¡oh rey afor­tunado! que el barbero prosiguió así la aventura de su quinto her­mano El-Aschar:

“... hasta que terminen por com­pleto todas las ceremonias. Entonces mandaré a algunos de mis esclavos que cojan un bolsillo con quinientos dinares en moneda menuda, y la tiren a puñados por el salón, y repar­tan otro tanto entre músicos y can­toras y otro tanto a las doncellas de mi mujer. Y luego las doncellas llevarán, a mi esposa a su aposento. Y yo me haré esperar mucho. Y cuando entre en la habitación atra­vesaré por entre las dos filas de don­cellas. Y al pasar cerca de mi esposa le pisaré el pié de un modo ostensi­ble para demostrar mi superioridad como varón. Y pediré una copa de agua azucarada, y después de haber dado gracias a Alah, la beberé tran­quilamente.

Y seguiré no haciendo caso a mi mujer, que estará en la cama dispues­ta a recibirme, y a fin de humillarla y demostrarle de nuevo mi supe­rioridad y el poco caso que hago, de ella, no le dirigiré ni una vez la palabra, y así aprenderá cómo pien­so conducirme en lo sucesivo, pues no de otro modo se logra que las mujeres sean dóciles, dulces y tier­nas. Y en efecto, no tardará en presentarse mi suegra, que me besará la frente y las manos, y dirá: “¡Oh mi señor! dígnate mirar a mi hija, que es tu esclava y desea ardiente­mente que le acompañes, y le hagas la limosna de una sola palabra tuya.” Pero yo, a pesar de las súplicas de mi suegra, que no se habrá atrevido a llamarme yerno por temor de demostrar familiaridad, no le con­testaré nada. Entonces me seguirá rogando, y estoy seguro de que aca­bará por echarse a mis pies y los besará, así como la orla de mi ro­pón. Y me dirá entonces: “¡Oh mi señor! ¡Te juro por Alah que mi hija es virgen! ¡Te juro por Alah que ningún hombre la vio descu­bierta, ni conoce el color de sus ojos! No la afrentes ni la humilles tanto. Mira cuán sumisa la tienes. Sólo aguarda una seña tuya para satisfacerte en cuanto quieras.”

Y mi, suegra se levantará pará llenar una copa de un vino exqui­sito, dará la copa a su hija, que en seguida vendrá a ofrecérmela, toda temblorosa. Y yo, arrellanado en los cojines de terciopelo bordados en oro, dejaré que se me acerque, sin mirarla, y gustaré de ver de pie a la hija del gran visir delante del ex vendedor de cristalería, que pre­gonaba en una esquina:

¡Oh gotas de sol! ¡Ojos de mi no­driza! ¡Soplo endurecido de las vírge­nes! ¡Oh cristal! ¡Cristal ¡Miel colo­reada! ¡Cristal!

Y ella, al ver en mí tanta gran­deza, habrá de tomarme por el hijo de algún sultán ilustre cuya gloria llene el mundo. Y entonces insistirá para que tome la copa de vino, y la acercará gentilmente a mis labios. Y furioso al ver esta familiaridad, le dirigiré una mirada terrible, le daré una gran bofetada y un puntapié en el vientre, de esta manera...”

Y mi hermano hizo ademán de dar el puntapié a su soñada esposa y se lo dio de lleno al canasto que encerraba la cristaría. Y el cesto salió rodando con su contenida. Y se hizo añicos todo lo que consti­tuía la fortuna de aquel loco.

Ante aquel irreparable destrozo, El-Aschar empezó a darse puñeta­zos en la cara y a desgarrarse la ropa y a llorar. Y entonces, como era precisamente viernes e iba a empezar la plegaria, las personas que salían de sus casas vieron a mi hermano, y unos se paraban movi­dos de lástima, y otros siguieron su camino creyéndole loco.

Y mientras estaba deplorando la pérdida de su capital y de sus inte­reses, he aquí que pasó por allí, camino de la mezquita, una gran señora. Un intenso perfume de almiz­cle se desprendía de toda ella. Iba montada en una mula enjaezada con terciopelo y brocado de oro, y la acompañaba considerable número de esclavos y sirvientes.

Al ver todo aquel cristal roto y a mi hermano llorando, preguntó la causa de tal desesperación. Y le dije­ron que aquel hombre no tenía más capital que el canasto de cristalería, cuya venta le daba de comer, y que nada le quedaba después del acciden­te. Entonces la dama llamó a uno de los criados y le dijo: “Da a se pobre hombre todo el dinero que lleves encima.” Y el criado se despo­jo de una gran bolsa que llevaba sujetó al cuello con un cordón, y se la entregó a mi hermano. Y El­-Aschar la cogió, la abrió, y encontró después de contarlos quinientos di­nares de oro. Y estuvo a punto de morirse de emoción y de alegría y empezó a invocar todas las gracias y bendiciones de Alah en favor de su bienhechora.


相关话题/

  • 领限时大额优惠券,享本站正版考研考试资料!
    大额优惠券
    优惠券领取后72小时内有效,10万种最新考研考试考证类电子打印资料任你选。涵盖全国500余所院校考研专业课、200多种职业资格考试、1100多种经典教材,产品类型包含电子书、题库、全套资料以及视频,无论您是考研复习、考证刷题,还是考前冲刺等,不同类型的产品可满足您学习上的不同需求。 ...
    本站小编 Free壹佰分学习网 2022-09-19