Entonces se levantó y se despidió de sus invitados, diciéndoles que iba a llevar a Aladíno a su casa. Y en efecto, no quiso dejar volver solo a Aladino, y le cogió de la mano y se encaminó con él a casa de la madre. Y al ver a su hijo tan magníficamente vestido, la pobre madre de Aladino creyó perder la razón de alegría. Y empezó a dar gracias y a bendecir mil veces a su cuñado, diciéndole: “¡Oh hermano de mi esposo! ¡aunque toda la vida estuviera dándote gracias, jamás te agradecería bastante tus beneficios!” Y contestó el maghrebín: “¡Oh mujer de mi hermano! ¡no tiene ningún mérito, verdaderamente ningún mérito, el que yo obre de esta manera, porque Aladino es hijo mío, y mi deber es servirle de padre en lugar del difunto! ¡No te preocupes, pues, por él y estate tranquila!” Y dijo la madre de Aladino, levantando los brazos al cielo: “¡Por el honor de los santos antiguos y recientes, ruego a Alah que te guarde y te conserve ¡oh hermano de mi esposo! Y prolongue tu vida para nuestro bien, a fin de que seas el ala cuya sombra proteja siempre a este niño huérfano! ¡Y ten la seguridad de que él, por su parte, obedecerá siempre tus órdenes y no hará más que lo que le mandes!” Y dijo el maghrebín: “¡Oh mujer de mi hermano! Aladino se ha convertido en hombre sensato, porque es un excelente mozo, hijo de buena familia. ¡Y espero desde luego que será digno descendiente de su padre y refrescará tus ojos!” Luego añadió: “Dispénsame ¡oh mujer de mi hermano! porque mañana viernes no se abra la tienda prometida; pues ya sabes que el viernes están cerrados los zocos y que no se puede tratar de negocios. ¡Pero pasado mañana, sábado, se hará, si Alah quiere! Mañana, sin embargo, vendré por Aladino para continuar instruyéndole, y le haré visitar los sitios públicos y los jardínes situados fuera de la ciudad, adonde van a pasearse los mercaderes ricos, a fin de que así pueda habituarse a la contemplación del lujo y de la gente distinguida. ¡Porque hasta hoy no ha frecuentado más trato que el de los niños, y es preciso que conozca ya a hombres y que ellos lo conozcan!” Y se despidió de la madre de Aladino, besó a Aladino y se marchó...